La Gestión del
conocimiento implica ir mucho más allá que un mero sistema informático o plan
de formación. Es esencial para favorecer una estructura empresarial innovadora y eficiente. Si el
conocimiento fluye y se trasmite de manera correcta en la organización, este
solo puede crecer. Las habilidades e informaciones útiles se trasmiten entre
los empleados de forma rápida y de esta manera aumenta la posibilidad de
generar nuevo conocimiento que deriva en aplicaciones nuevas, mejoras en
procesos o productos y nuevas formas de hacer negocio para alcanzar nuevas
oportunidades.
El conocimiento es el único activo que crece
con el tiempo y no se desgasta pero que puede desparecer con las
personas, si este no es compartido.
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